Friday, October 14, 2005

Chile y su Incompleta Transición

La elección -casi totalmente segura, según las encuestas- de un nuevo gobierno de la Concertación extendería por otros cuatro años el fin de la ‘transición’ en nuestro país. En este sentido, claramente, las declaraciones de los gobiernos de Aylwin, Frei y recientemente del Presidente Lagos, todos los cuales de una u otra manera han decretado el fin de este proceso, han evitado conciente o inconscientemente una definición compleja del término y lo han dejado al proceso en un estado ‘limbico’.

Lo que entendemos por ‘transición’ ha sido –en esencia- un discurso político que ha ido y venido en uno y en cada uno de los últimos gobiernos desde la vuelta de la democracia en 1990. Así, gracias a las únicas elecciones plenamente democráticas, abiertas e informadas desde 1989, hemos presenciado la ‘consolidación de la democracia’ pero no necesariamente -con ello- la consolidación del ‘régimen democrático’. En esencia –y parafraseando a O’Donnell- lo que hemos hecho hasta ahora es consolidar lo que se denomina un estado de democracia ‘mínimo’: libertad para formar y ser parte de organizaciones, libertad de expresión, derecho a voto, ser elegible para cargos públicos, derecho de ser elegido como un líder publico, existencia de fuentes alternativas de información y la posibilidad de elecciones libres e informadas.

Hasta ahora la mayor parte del debate ha apuntado a los alcances más conocidos y lógicos sobre el tema, distinguiéndose tres corrientes. En un sector quienes fusionaron el fin de la ‘transición’ con la re-articulación del Estado de Derecho durante el periodo 1990 – 1994. Luego aquellos que confundieron el fin de la ‘transición’ con la nueva vitalidad que demostraba la institucionalidad, la cual había asegurado la continuidad del juego democrático durante el período 1994 – 2000. Y, finalmente, quienes durante el periodo 2000 – 2005 han sostenido que la ‘transición’ ha terminado con la eliminación de los últimos enclaves antidemocráticos y dictatoriales que aún existían y los cuales permitieron hasta hace poco estar aún en presencia de una ‘democradura’ o lo que también se definió como una ‘democracia protegida’ o ‘tutelada’.

En efecto todo estos cambios -durante los quince años de gobiernos de la concertación- son claves y parte importante de lo que podríamos definir como el fin de la ‘transición del poder’ o el fin de la ‘transición de la gobernabilidad’. Estamos presenciando, en consecuencia, el cierre de una etapa que permite sostener en el corto y mediano plazo que no existe posibilidad alguna de un repentino quiebre de nuestra institucionalidad democrática.

Sin embargo, nada más cierto –también- es poder sostener que aún estamos lejos del cierre de la ‘transición’ en una definición más amplia. El concepto complejo de la misma va más allá de la etapa, al parecer, cumplida de traspaso total de ‘poder y gobernabilidad’, y se interna en las áreas aún innavegables de lo que se puede denominar ‘transición secuencial’, la cual incluye una ‘transición’ económica, una etnosocial y una política.

La ‘transición económica’ [o redistribución económica] apunta a la posibilidad de otorgar igual posibilidad de beneficios a la sociedad gracias a los bienes y servicios producidos por ella misma: riqueza, ingresos, educación, salud, vivienda, tiempo libre, autonomía, prestigio y auto-desarrollo. La ‘transición etnosocial’ [o redistribución de representatividad] comprende el desarrollo de la sociedad civil, y donde la creación de alternativas ideológicas-políticas y el reconocimiento de minorías étnicas y sexuales tiene un rol central.

La ‘transición política’ -sea difícil o no aceptar- implica necesariamente, a lo menos por un período, la ‘alternancia en el poder’. No me refiero a la idea de la ‘alternancia del poder’ en su forma minimalista la cual, de acuerdo a algunos sectores, postula una lectura reduccionista de una vez tú y una vez yo en el poder. Tampoco me refiero a la idea de la ‘alternancia del poder’ como una herramienta política la cual apunta a evitar y/o contener la corrupción. En sí mismo, lo que esta en juego con un proceso de ‘alternancia en el poder’ es, en el caso chileno, el fin de la ‘transición política’. Desde esta perspectiva la institucionalidad democrática desarrollada desde 1990 debería demostrar su fortaleza soportando un cambio total, tanto ideológico como ético, de la estructura de poder.

Si bien comparto la tesis de que un periodo ‘transitivo’ activa estados de creatividad, también sostengo que la ‘transición’ no puede ser vista como un fin en sí misma o ser perpetuada ‘per se’ desde que un estado ‘transitivo’ permanente tiende a profundizar las divisiones y eliminar en el mediano y largo plazo la creatividad.

Es precisamente esto último lo que ha llevado a los tres gobiernos de la concertación ha declarar el fin de la ‘transición’ desde tres perspectivas distintas.

(*)
Master of Arts en Economía Política Internacional – Universidad de Tsukuba [Japón]
Master of Arts en Estudios Internacionales (c) - Instituto de Estudios Internacionales - Universidda de Chile [Chile]

6 Comments:

Anonymous Anonymous said...

que genial tu blog
pero a modo de critica, creo que solo la proxima generacion de empresarios y gerentes haran el cambio

la gente pasado los 40 años, es dificil de cambiar

se necesita un cambio de cultura, con mucho de que se exporten ideas japonesas, americanas de trabajo...seguimos siendo chilenos, latinos, la chacota el webeo, es algo inherente a nuestra nacion

a todo esto debe de salir piñera, es el unico compadre master en gestion

saludos
un joven de 20 años en sus primeros dias de practicas voluntarias en una gran empresa

2:06 PM  
Anonymous Anonymous said...

What the hell means "tadpolita"?

8:04 AM  
Anonymous Anonymous said...

Creo que es interesante el blog pero algo pasa que no atrae comentarios. Podria ser que las opiniones son muy academicas y no agresivas.... a lo mejor falta un poco de opinion que genere discusion sobre ideas o politicas generales que estan en boga en el mundo. Por ejemplo, no creo que en esta conducta de gobiernmo que favorece la tranquilidad de los empresarios y nno promueve efectivamente el libre desarrollo de la empresa privada, mejoremos , ya que el estado siempre tiende a ser de todos y por ende de nadie.... un amigo. I don't know whta's mean tadpolita too ,,,,,......<>

2:58 PM  
Anonymous Anonymous said...

he leído atentamente articulo, sin embargo no me parece prudente mezclar de alguna forma forzadamente los fenómenos políticos económicos y etnicos por cuanto , el golpe militar en Chile implicó un quiebre en el desarrollo político, en su institucinaliad, pero no dejaron, porque siempre las ha habido, profundas diferncias sociales y económicas, de las etnias, bueno nunca han sido consideradas como actores políticos relevantes, salvo cuando comienzan a presionar por medio de focos de insurrección....Durante el gobierno de Frei.
para terminar creo que no se puede extender la noción de transición a todos los ámbitos que implica una sociedad plenamente democrática (no se me ocurre ninguna) por cuanto implicaría estar otros 500 años esperando que ello pase realmente, la transicíon es hacia la democracia, minima o máxima, vertical u horizontal como se quiera pero, al fin y al cabo es la capacidad elegir libremente a quienes nos gobiernen...es eso lo que pasó al fin y al cabo...
Pablo.

6:23 AM  
Anonymous Anonymous said...

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Anonymous Anonymous said...

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12:15 PM  

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