Sin embargo, y más allá del hecho, lo interesante es poder entender qué ha llevado a la Derecha a llamar a un ‘jugador’ que ha sido un eterno suplente al equipo ‘titular’. Y además con el ‘logo’ de ser el único capaz de salvar el juego.
La tercera interpretación, es que seria una salida digna a un candidato ‘digno’. Levantar a Piñera no solo permitiría –ya sea en primarias o en las elecciones- a Lavín poder salir de la escena política en medio de un sólido juego democrático de la Alianza, sino que además dignamente derrotado. La ‘alianza’ en este sentido –gane o pierda las elecciones- saldría fortalecida.
La cuarta y última razón, sin embargo, está encubierta: la defensa al modelo económico. Lavín –en un intento desesperado por llegar a un universo de votantes distante de su área de influencia- se ha transformado en un peligro al modelo, en una verdadera ‘espina’ al mismo. Lavín habría iniciado un discurso que estaría poniendo en peligro las bases del neo-liberalismo. Una cosa es dar pasos regulados y ‘consensuados’ hacia una nueva ‘agenda/pacto social’ [por ejemplo, el 56 bis y la ley sobre royalties] y otra cosa muy distinta es intentar dar un giro brusco. Piñera, por el contrario, para la Derecha Económica representa una alternativa moderada de continuidad; él representar el éxito del modelo, la capacidad innovadora del mismo y en esencia al emprendedor que utilizando las reglas ha logrado llegar a la cúspide. Imagen que Lavín no proyecta.
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